lunes, 12 de junio de 2017

Aquélla niña.
Aquélla niña que soñaba con tocar el cielo
Aquélla niña con una mirada llena de profundidad, alegría y misterio
Esa niña llena de grandes pasiones que buscaba elevar su mente no existe mas
A esa niña le robaron la inocencia
Le dejaron el alma árida, el corazón destrozado
Su piel cálida y pura se volvió fría y esta manchada de sangre
A ella que al tacto con sus mejillas podías sentir la suavidad de un durazno y ahora solo sientes como si navajas se hubieran incrustado en ellas
Su boca de sonrisa perfecta ahora no es mas que un hogar para los insectos y alimañas
Ella que no le daba importancia al que dirán ya no esta mas
Se quedó oculta en la oscuridad, desolada, vacía, sin pulso
Se volvió un recuerdo que permanece en la mente de sus familiares y amigos que ahora están derramando lágrimas por su ausencia
Aquella niña que dejaba risas ahora solo ha dejado un doloroso silencio.

-Mosco Casas Azucena

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